viernes, 6 de enero de 2017

Maestra arrestada por esto a alumno de 15 años en pleno avión



En primer lugar hay que ver esto desde el punto de vista del alumno: tener un encuentro con tu profesora, y en un avión, es el sueño hecho realidad de muchos jóvenes de 15 años de edad.
Por otro lado, tal parece que a las maestras no les ha quedado claro que este tipo de acciones con menores de edad, es considerado como un delito.

Esto se trata de “Jill Meldrum-Jones”. Esta señorita es asistente educativa de materias de ciencias y humanidades, quien conoció a un joven de 15 años, un alumno del lugar donde trabaja.
Esta mujer de origen inglés, exactamente Kineton, Inglaterra, es madre de dos niños, y trabaja en una escuela secundaria en Warwickshire, donde conoció al joven.





La mujer admitió haber tenido varios encuentros con este joven, incitando al alumno a tener este tipo de relaciones con ella.

En la corte, Jill señaló que se hizo muy cercana la relación con ese chico, luego de hacer un viaje de estudios a Sudáfrica, donde realizaban “paseos a solas”. La primera vez que tuvieron un encuentro, fue en un autobús, donde también viajaban otros alumnos, así lo relató.
Mientras estaban en el viaje mantuvieron su momentos a solas, donde continuaron estos encuentros, dijo la maestra.

Esta profesora aprovechó las 8 horas de vuelo de Sudáfrica a Inglaterra, a 35 mil pies de altura, y  la oscuridad para mantener sus relaciones con el alumno, quien al menos lo hizo 3 veces.
Jill señaló que continuó enviándole mensajes de texto provocativos al alumno, pero después de este viaje no hubo contacto alguno entre ellos.
Y como era de esperarse, este asunto se convirtió en rumor, tanto así que al esparcirse de tal manera, la policía inició una investigación, y al final se encontró la verdad.

 La corte acusó a Jill por  7 cargos diferentes por actos indebidos con un menor de edad, a los cuales se le fue declarada culpable, esta dijo arrepentirse de lo sucedido, y además mencionó que durante el viaje la lujuria se dominó de ella.

El juez dijo:
 “usted en ese momento estaba encargado como asistente de enseñanza, y la responsable de los adolescentes era usted. Es increíble que alguien como usted, con cierto grado de inteligencia, con hijos, casada, pueda perder los estribos tan fácilmente y comportarse de esa manera.”
La defensa de Jill alegó que, ella había sido diagnosticada con depresión dos meses antes de los hechos. Esto pudo haber afectado su estado mental, su juicio, ya que se puede perder la sensación de miedo, y tomar decisiones que en otras circunstancias no tomarían.

Sin embargo Jill fue condenada a 32 meses de prisión, ya que el adolescente dice sentirse nervioso y avergonzado por las constantes burlas en la escuela.