viernes, 16 de diciembre de 2016

Fue dejado al nacer y un millonario lo adoptó. No creerás lo que hace con el dinero.

El embarazo es una de las etapas más hermosas en la vida de una mujer, es una etapa donde se tienen sentimientos encontrados debido a todo el amor, ansias y deseos que se tienen de ver al bebe. Pero este no fue el caso de Jon Lancaster, pues mientras su madre lo tuvo en su vientre las cosas marchaban bien, como todo embarazo normal.



Fue cuando llego el día tan esperado, el día de su nacimiento, que este no fue bien recibido por su familia. Su madre aquella madrugada empezó a sentir las fuertes contracciones que avisaban que estaba a punto de nacer, ya todo estaba listo, desde la pañalera con su ropita hasta los productos necesarios para el cuidado del bebe. En el camino hacia el hospital sintió cuando el líquido de la fuente corría por sus piernas.

Solo pasaron unos cuantos minutos para que comenzara el trabajo de parto, donde Jon salió de inmediato, la madre de Jon no pudo verlo en el momento pues los médicos no encontraban la forma de explicarle que este había nacido con una enfermedad que causa deformaciones en el rostro, síndrome de Treacher Collins.

Su madre se encontraba desesperada pues deseaba con ansias saber lo que estaba pasando, hasta que el médico de turno trato de tranquilizarla explicándole que la primera vez que viera a su hijo iba a ser muy impresionante, ya que este no se veía como cualquier otro recién nacido. Solo le basto un minuto a la madre de Jon para que esta no quisiera volver a verlo, lo consideraba una “aberración”. Y ni hablar de su padre quien ni se intereso en verlo.



Transcurrieron solo 36 horas para que el niño fuera puesto en adopción. Jon pasó su infancia en un orfanato donde sufrió maltratos, burlas y fue rechazado por cada familia que visitaba el lugar. Todo esto provoco un gran vacío en su corazón, lloraba cada vez que se veía al espejo hasta el punto de provocarle deseos de acabar con su vida. No obstante, 12 años más tarde, un millonario de edad avanzada conoció a este joven, y viendo la tristeza que se reflejaba en su rostro se le acerco y le dijo: “¿Quieres ser mi hijo? Porque nada ame haría más feliz que tener la dicha de ser tu padre”… Con esta maravillosa propuesta Jon cambio totalmente su vida.

Unos años después tristemente este gran hombre falleció, otorgándole a Jon toda su fortuna. Al día de hoy Jon es un hombre de 30 años con metas y sueños por cumplir, con todo el dinero que heredo se ha dedicado a dar charlas alrededor del mundo a personas con su misma condición, donde también les paga terapias psicológicas y tratamientos médicos, convirtiéndose en la esperanza de personas con este tipo de síndrome. Ha encontrado el amor en su novia y ha aprendido que su a pesar de que su enfermedad no tiene cura esta no lo limita, y ha limpiado su corazón de todo rencor o amargura hacia sus padres biológicos. ¡Qué ejemplo a seguir!